Una
perogrullada es una expresión que por demasiado sabida, resulta banal o poco inteligente decirla.
Se menciona un personaje
mítico, un tal Pero Grullo, un tonto o simplón que decía estas frases y de donde surgió el término.
Quevedo atribuye a este personaje los siguientes versos:
Muchas cosas nos dejaron las antiguas profecías: dijeron que en nuestros días será lo que Dios quisiere;